¡Oh! manzanita
que cuando tengo hambre
alimentas mi barriguita.
Cuando te miro, aunque no tenga hambre
me dan ganas de comerte enterita.
A ti manzana,
gracias por esas pipitas
que hacen que crezcas cada día
mucho más bonita.
Y con esta oda tan pequeñita,
espero que te alegres de que te la escriba.