Ley de vida. Samuel Quevedo Suárez.

 
Sorprendido por su repentina marcha
 
Angustiado de sol a sol
 
Me imagino que su boca me llama
 
Uno de pocos días que no amanecí en alcohol
 
El destino que ayer nos hizo uno
 
La muerte por avaricia hoy nos separó

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