Notas musicales que del piano mi mano arranca. Flotan un instante y se funden en el aire. Ellas guardan la historia que nadie nunca ha escrito, ellas permiten que mi alma descanse.
Cierro los ojos y salgo volando a un lugar lejano donde no pasa el tiempo, donde nada es extraño.
Por allí creo ver algo: veo formas, veo colores, cielos púrpuras y prados de flores.
Veo altísimas montañas, bosques tenebrosos, ríos lagos y mares, grutas y valles angostos.
Veo el alba y el ocaso, el firmamento estrellado, la luna en todas sus fases, campos de fuego dorado.
Veo pueblos y ciudades, toda clase de criaturas. Absolutamente todo contemplo desde las alturas.
Quisiera visitar cada uno de esos lugares, más no quiero hacerlo solo, quiero que a mi lado camine un compañero de viaje.
Quiero los dos seamos libres. Quiero que corramos con el viento. Quiero que disfrutemos en la ruta y que no nos alcance el tiempo.
Pero, ¿dónde estás, mi compañero? Mi amigo, ¿dónde te escondes? Quisiera visitar esos lugares, más no quiero hacerlo solo.
Notas musicales que dejan de sonar. Abro los ojos y todo se desvanece. Sólo veo mi piano y estoy solo como siempre.
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