Como aquella noche en la madrugada:
Ruidos de nuevo, golpes, el disparo de una bala…
Intenté dormirme, pero no surtía efecto
Sobrecogida, levanté el teléfono:
Toma el arma y haz lo que acordamos‒ le dije
Ignoré lo que pasó después…
Nunca más supe de él.
Antes de morirme juro por mis muertos que lo descubriré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.