Jugando con Neruda

He aquí la soledad de donde estás ausente

Islas blancas y dulces como caderas frescas

Socavas el horizonte con tu ausencia 

De modo heroico dividido en sueños

Las hojas recogían tu voz lenta y en calma

Y estás como quejándote, mariposa en arrullo

Diciendo qué palabras?

Hago rojas señales sobre tus ojos ausentes

Se encendía un pedazo de sol entre mis manos 

Siempre, siempre te alejas en las tardes


B.S - C.H

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