Jugando con Neruda

Entonces, ¿dónde estabas? 
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo. 
Siento viajar tus ojos y es distante el otoño. 
Solo guardas tinieblas, hembra distante y mía,  
te pueblan ecos y voces nostálgicas, 
y una cimera triste de abandonada espuma, 
lunar, solar, ardiente y frío repentino, 
claro como una lámpara, simple como un anillo, 
acogedora como un viejo camino, 
y te pareces a la palabra melancolía. 

Sergio Benítez y Celeste Betancor 

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